Blanca ha retomado sus citas y esta es su experiencia:

Te ha ocurrido que has vuelto de nuevo a abrirte a conocer gente, has quedado con esas personas y después te decían “me lo he pasado muy bien, ¿tenemos que repetir” y luego nunca has vuelto a saber nada?

Entonces te pasa como a Blanca, ha empezado de nuevo a salir con hombres sin intención de buscar pareja, simplemente por salir, pero se ha dado cuenta de que cada vez que tiene una cita la cosa se queda ahí, luego no la llaman, ni la vuelven a escribir.

Pero antes de nada voy a explicarte la historia:

Una cita increíble.

Blanca ha decidido salir a conocer gente, no quiere empezar una relación con nadie, simplemente quiere salir y divertirse.

Ha quedado con un chico para cenar y para su sorpresa siente que hay conexión, hablan y hablan y descubren que tienen muchas cosas en común.

Blanca se lo está pasando genial, nota que tienen mucha conexión y eso para ello es muy importante. Para ser una mujer tímida, nota que con ese hombre puede hablar de todo, se siente en su salsa.

Al terminar la cena, se despiden dándose un beso y él le dice: “Me lo he pasado muy bien, te llamo otro día y quedamos”.

Para B eso es una señal de que la cosa ha funcionado, de que entre ellos hay feeling y espera ansiosa su llamada.

Pasan los días y por mucho que Blanca mira el teléfono no recibe esa llamada, ni si quiera un mensaje diciendo como estás, no entiende que ha pasado, para ella la cita había ido genial y sentía que había una gran conexión entre ellos.

Intenta rememorar cada momento de la cita y entonces empieza a pensar que igual no fue tan bien como ella pensaba:

“Igual he hablado mucho”, “Quizás he hablado de temas algo serios para una primera cita, pero claro iba en relación a lo que hablábamos”, ” A lo mejor le he asustado con algo”…

De repente, ya no sentía que la cita hubiera estado tan bien, sentía que ella había hecho algo malo.

"¿Qué es lo que no tengo para que me llame?"

"¿Qué estoy haciendo mal?"

"¿Qué me falta?"

Blanca llega a una conclusión:

Yo soy el problema

“Le he asustado por hablar tanto, así que lo mejor es que la próxima vez no hable y así seguro que no se siente incómodo y me llama”.

Y yo te pregunto: ¿Qué te hace pensar que el problema está en ti?

Claro cuando empezamos a salir y vemos que la cosa no pasa a más nuestra primera reacción es: “algo tengo malo”, “es culpa mía y por eso no me llaman”.

Vamos el problema está en ti.

¿Por qué tendemos a pensar eso?

Por que es más “fácil” pensar que el problema esta en ti, que es algo que puedes controlar o modificar, que pensar que simplemente no le has gustado, es menos doloroso.

Por que si el problema está en mí, es algo que yo puedo cambiar y si lo puedo cambiar puede que la próxima vez que tenga una cita consiga que me llame y no reciba el rechazo.

Sin embargo, pensar que no le intereso, que no ha sentido conexión o que no quiere nada conmigo es más doloroso, supondría admitir que no le gusto y eso reabriría mis viejas heridas, esas que tengo bloqueadas, ese “no soy suficiente”, “no soy querible”, “no soy valiosa”,…

No me siento preparada para mirar qué ocurre en mi interior.

Por qué me duele tanto que me rechace alguien que apenas conozco y por eso, prefiero poner el foco en lo que me falta, en lo que puedo estar haciendo mal.

Por qué mirar en mi interior, supondría conectar de nuevo con esa niña que no se sentía aceptada ni suficiente y que, como no tenía herramientas para gestionar ese dolor, se protegió de la única forma que sabía que era intentando agradar y caer bien a todo el mundo para sentirse querida.

Pero recuerda que ahora eres adulta y puedes sostener ese dolor tú misma con las herramientas y recursos que cómo adulta SI tienes. Tú misma puedes hacerte cargo de esa niña y darle el reconocimiento y el amor que se merece.

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